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lunes, 2 de junio de 2014

¿Cómo puedo encontrar el amor verdadero?

La Iglesia nos enseña que el hombre es la única criatura que Dios ama por sí misma, y que el hombre puede encontrarse a sí mismo solamente en don sincero de sí mismo. Dios nos creó a cada uno de nosotros porque nos ama. Desde antes de que existiéramos, El ya nos amaba. El no te creó porque ibas a ser muy trabajador, o porque ibas a tener ciertos talentos. El te creó simplemente porque te ama y porque quiere lo mejor para ti.

¿Has escuchado eso de que a veces una persona, para encontrarse a sí misma, se va al Tíbet, o al Himalaya, o se pone a practicar yoga? Esas recetas están equivocadas. El hombre no se encuentra a sí mismo por una introspección obsesiva y egocéntrica. Nos encontramos a nosotros mismos sólo donándonos para servir y cuidar a los demás, y para procurar lo mejor para ellos.

Seguramente tú habrás experimentado esto en un momento de tu vida. Quizá has sido voluntario para quienes no tienen hogar o sirviendo en tu parroquia. Tal vez has ayudado a un amigo consolándolo toda la noche porque estaba deprimido. No importan las circunstancias, hay una alegría y una satisfacción que experimentas cuando ayudas a los demás.

Por eso Dios nos creó para vivir, no solos, sino en familias y en comunidades. No encontraremos la felicidad viviendo en nuestros pequeños mundos aislados, gastando toda nuestra energía sólo para satisfacer nuestras necesidades. Hallamos plenitud para nuestras vidas cuando unimos nuestras vidas y necesidades a las de los demás, cuando hay interdependencia de amor con los demás, cuando buscamos el bien de los demás y cuando los demás, a cambio, buscan lo mejor para nosotros. Este es el estilo de vida que nos hace felices. Ese es el amor verdadero.

¿Tú crees que el adulterio, la pornografía o las relaciones sexuales hedonistas te llevan por ese camino de auténtico amor? ¡Lejos!

1 comentario:

  1. Excelente escrito, nos abren los ojos a muchas cosas, incluso a cosas que les tenemos amor, cosas que nunca llegaran a tener vida.

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