Nuestra sensualidad se porta como esos tigres del África que se hacen los dormidos junto al árbol donde están los monos. Estos se confían y se acercan sin temor a los felinos. Cuando menos se dan cuenta mueren destrozados en las garras de las fieras… Jamás te creas curado definitivamente de algún vicio o pecado. Puede ser que estés curado, pero curado temporalmente, no definitivamente. Y al primer descuido reaparece la lujuria con todo su fuerza tiránica. Por eso san Pablo recomendaba: "Obren por su santificación con temor y temblor" (Fil 2,12). Un autor antiguo aconsejaba que nos consideremos siempre "enfermos incurables del alma" y que jamás no ilusionemos que va a llegar en esta tierra una época en la que ya no haya peligros de cometer impurezas. Por eso hay que tenerse mucha paciencia a uno mismo y no creerse un ángel venido del cielo, sino considerarse un pobre ser humano con los pies en el barro del suelo y expuestos a caer a cada rato en faltas e imperfecciones.
HAY PADRECITO!!!!...usted siempre, siempre tiene respuesta para mi....le agradezco MUCHO........Dios nos lo guarde sano, santo y saludable de espiritú.......y amén!
ResponderBorrardebemos luchar en contra de la carne débil, le pido a la virgencita pida a su hijo sane mi alma.
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