San Pablo emplea la palabra "pleonexia", que significa "un deseo desordenado e incontrolado de obtener lo que se quiere, aunque esto vaya contra los derechos de otros". Es un deseo irresistible de obtener lo que no se tiene derecho a conseguir (Efesios 4,18)
A la persona impura no le importa a quién hiere o hace daños, o qué métodos inmorales emplea, con tal de lograr satisfacer sus malos deseos. No le impresiona que otras personas queden ofendidas o destruidas, o escandalizadas. Lo único que le interesa es satisfacer los deseos de esa bestia sexual que es su cuerpo sensualizado hasta el extremo.
Oremos a san Pablo: "Recuérdanos siempre, apóstol de los gentiles, lo que dejaste dicho acerca de la impureza: que endurece el corazón y lo vuelve insensible, que produce desvergüenza y que desata desenfrenados deseos de pecar". De la impureza, líbranos Señor. Amén.
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